Gn 21:8-21 - "Las heridas que deja el pecado y la extraordinaria Fidelidad de Dios"- Serie Génesis No. 42

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INTRODUCCIÓN

Si podemos comenzar diciendo algo sin temor alguno a equivocarnos es que el pecado trae y genera consecuencias. En la mayoría de los casos no vamos a poder medirlos y no vamos a tener un control de estas consecuencias. A veces nuestras malas acciones van a terminar dañando a los que más amamos. ¿Será que vamos a aportar un poco para la destrucción de familias? ¿Será que las consecuencias de nuestro pecado pueden ir hasta ese punto? Sin duda alguna, los pecados generan consecuencias devastadoras.
Piensa un poco en tu vida, sin el ánimo de tocar algunas heridas que tal vez ya han sanado, pero si analizamos un poco veremos que las cosas más difíciles y a veces dolorosas que hemos pasado han sido resultado del pecado nuestro o de otra persona. En nuestro mensaje de hoy, la porción de la Biblia va a mostrarnos qué tan serias pueden ser las consecuencias, pero también va a mostrarnos la gracia y la Fidelidad de Dios a pesar de ellas.
Este mensaje titula: “Las heridas que deja el pecado y la extraordinaria Fidelidad de Dios” y está basado en Gn 21:8-21.
Abraham había recibido la promesa de que iba a tener una descendencia incontable. Iba a tener un hijo. Sara no había podido concebir nunca por su esterilidad y ahora ya tenía edad muy avanzada como para tener un hijo (75). Así que recordando un poco, Sara tuvo una idea para resolver la promesa de Dios de que ellos tendrían un hijo:
Génesis 16.2–3 RVR60
2 Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai.3 Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido.
Y así nació Ismael, producto de la falta de fe y confianza en Dios y sus promesas. Entonces Abraham ya tenía un heredero y Sara pensaba que tenía un hijo a partir de la sierva. Pero como hemos visto, las cosas se complicaron mucho y la sierva empezó a despreciar a Sara porque ella pudo darle un hijo y Sara no. De tal modo que la relación fue tan mala que Agar intentó escapar con pequeño hijo al desierto y Dios tuvo que obrar para que regresara.
Finalmente Génesis 20 nos ha mostrado que Dios cumplió su promesa en darle un hijo a Sara, a sus 90 años y cuando Abraham tenía 100. Este hijo recibió el nombre de Isaac y era el hijo prometido por el medio del cual vendría Cristo el Salvador del mundo. Dios siempre ha guardado una línea de descendencia escogida hasta la llegada de Cristo Jesús. De esto se trata la Biblia y Génesis, de cómo se fue conservando esta promesa de generación en generación.

EXÉGESIS Gn 21:8-21

Después de todo esto, entonces en la casa de Abraham, hay dos madres, y dos hijos de Abraham. Sara por un lado con Isaac y Agar la sierva con Ismael. Y como todo esto se había originado a partir de la falta de fe en Dios, ahora van a manifestarse las consecuencias de las malas decisiones en esta familia.

Nuestros pecados generan devastadoras consecuencias que afectan a terceras personas y aún a los que más amamos. Gn 21:8-11

Génesis 21.8 RVR60
8 Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac.
La alegría de Abraham es grande. El niño probablemente tiene cerca a 3 años, es destetado, y Abraham quiere celebrar y compartir su alegría. Ha tenido una alegría muy grande en ese tiempo, ha disfrutado de su bebé y su hijo ahora está creciendo. Pero Abraham no solamente está celebrando que su hijo está creciendo, sino que esta es una forma de también presentar a quién será su heredero.
Dios le había hecho una promesa a Abraham, que le daría un hijo y que a través de él le daría mucha descendencia, pero también que iba a bendecir a todas las familias de la tierra y esto lleva a Cristo porque el Salvador es descendiente de Abraham y de Isaac. Abraham tiene muchos motivos para celebrar la fidelidad de Dios. El Creador había cumplido su promesa, Él había sido fiel aunque Abraham muchas veces se había debilitado en su fe.
Y cuando todo parece estar bien y cuando todo parece ser felicidad, van a suceder cosas en la casa de Abraham que van a traer mucho dolor a la familia. Abraham había olvidado lo que nosotros también olvidamos muchas veces: Nuestros pecados tienen consecuencias devastadoras y en algún momento tarde o temprano se hacen presentes.
Génesis 21.9 RVR60
9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.
Agar era la mujer egipcia y sierva de Sara. No era libre, sino que era sierva de Sara, pero siendo sierva había concebido de Abraham. Esta no fue idea de Abraham sino de Sara. Ella pensaba que esta era la forma en cómo iba a llegar el hijo prometido. La idea ciertamente era muy mala, pero nos deslumbró como Abraham había aceptado esto para así tener un hijo, en vez de esperar al hijo prometido por Dios.
Todo acto genera consecuencias y este versículo muestra una muy grande y seria.
Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia..” - Esto era algo que llevaba en su corazón Sara y también Agar. Aunque una era la señora y la otra la esclava, había diferencias entre ellas, tenían problemas la una con la otra. Agar miraba con desprecio a Sara ya que ella no podía darle hijos a Abraham, y Sara como Señora de la casa abusaba de Agar, de tal manera que Agar había escapado de la casa y terminado en el desierto con riesgo de su vida y de su hijo Ismael. Fue Dios Quién había actuado, pidiendo a Agar que regrese y se sujete a Sara advirtiendo a Abraham y Sara que él escuchaba el clamor de Agar e Ismael. ¡Vaya situación tan difícil que Sara y Abraham habían creado en su casa!
“..se burlaba de su hijo Isaac..” - Este versículo es fuerte. No parece ser el juego de un adolescente de 14 años (Ismael) con un niño de 3 años (Isaac), sino que parece ser el dolor de Ismael de verse rebasado a causa de un hijo pequeñito que es recibido con gran banquete. Según la ley de ese tiempo, Ismael ya no iba a ser heredero, sino que había un heredero que estaría sobre la casa y sería Isaac. Pero hay revelación de la Escritura en el Nuevo Testamento sobre lo que parece ser lo que sucede en la casa de Abraham y sobre todo con Ismael.
Gálatas 4.28–29 RVR60
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
Este versículo no habla tan solo de “jugar” o de “burlarse”, sino habla de “perseguir”. Lo que sucede entre los dos hijos de Abraham no es algo simple, sobre todo de parte de Ismael, ya que Isaac es muy pequeño. Ismael persigue al heredero de la casa de Abraham. Ejerce de su fuerza, inteligencia, premeditación y tal vez el de su madre contra Isaac en varios aspectos, mental, emocional y tal vez físico. Este es un serio problema, porque después de todo lo que hemos estudiado acerca de la promesa o línea de descendientes de la mujer de Génesis 3:15, siempre hay algo o hubo algo que intenta atentar contra la simiente de la mujer y ahora de Abraham. Satanás por supuesto está metido en todo esto, y no solamente eso, sino que las condiciones de celo entre los hijos, generan de por sí un escenario sumamente peligroso.
Génesis 21.10 RVR60
10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
Para Sara es muy fácil actuar de esta manera. Pide que Abraham, el padre de Ismael, y a quien Abraham amaba mucho, eche a la sierva y a su hijo de la casa. Cuando dice echar, no quiere decir que habite cerca en otra casa, sino que definitivamente se vaya.
¡Que tragedia más grande para Abraham!
He aprendido muchas cosas de mi padre, pero una de las que recuerdo más, es que después de pelear una de las muchas veces con mis hermanos cuando éramos más jóvenes o adoslescentes, es que mi padre dijo una vez: “no hay nada más doloroso para un padre que ver pelear a sus hijos”. Esto se me quedó grabado y es algo que quiero enseñar a mi hijos porque ahora puedo darme cuenta de ello. Realmente la escena para Abraham debe ser muy dolorosa porque Sara su esposa le está pidiendo que eche a Ismael y que Abraham abandone sus responsabilidades como padre.
El pedido de Sara es muy fuerte, pero legalmente la herencia y toda la casa de Abraham correspondía a Isaac, quien era hijo de la esposa y no de la sierva. El pedido de Sara nos puede parecer a veces bastante extremo, pero recordemos que no es Ismael tan solo jugando sino oprimiendo realmente a Isaac. De todas maneras, no queremos justificar a Sara, no es nuestro trabajo hacerlo, sino que podemos ver las trágicas consecuencias del pecado de Abraham y de Sara. Han traído complicación y amargura sobre su propia casa.
El pecado siempre genera consecuencias. El pecado no es un chiste. El pecado lastima, hiere corazones no solamente de nosotros, sino también de terceras personas. En este caso el pecado había alcanzado a dos hijos y había causado problemas entre los medios hermanos. ¿Cuántos padres cristianos o llamados cristianos han arruinado la vida de sus esposas y la vida de sus hijos? ¿Cuántos corazones destrozados de niños hay a causa del pecado de los padres? ¿Cuántos niños crecen sin padres o madres a causa de nuestras malas decisiones? Nuestro pecado va a generar inevitablemente consecuencias, dolor y pérdida algún momento, porque eso es lo que es; el pecado es dejar de depender de Dios para depender de nosotros mismos y depender de nuestro razonamiento y voluntad, y entonces terminamos presas de nuestras propias acciones por el voluntario alejamiento de la relación y dependencia de Dios.
No lo olvidemos, este es el primer punto de hoy: Nuestros pecados generan devastadores consecuencias, muchas veces a terceras personas, y aún a las personas que más amamos.
También podemos ver en la siguiente porción de la Escritura lo siguiente:

Dios tiene misericordia de nosotros y es fiel a sus propósitos aún en las consecuencias desatadas por nuestros pecados. Gn 21:12-13.

Génesis 21.12 RVR60
12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
Dios está pendiente de todo lo que está pasando en esta casa. El Señor dice a Abraham que haga según lo que le pide Sara. Debemos entender esto en el contexto específico y general que se encuentra este versículo. Dios no está a favor de expulsar a los hijos, sino que hay una situación que se ha originado a causa del pecado y Dios en su eterna e infinita sabiduría sabe qué es lo mejor. Dios no es responsable de esta situación, ni la ha generado Él, más al contrario, ahora va a intervenir justamente por amor a Abraham y como veremos amor a Isaac y también a Ismael.
La parte final de este versículo es importante para comprender qué es lo que efectivamente está sucediendo. Ismael realmente está asechando a Isaac. Isaac es el hijo de la promesa, es decir, no solamente es un hijo de Abraham, sino que toda la Biblia y el plan divino de salvación está alrededor de la vida de Isaac. Este es un tema tan serio, que si nos damos cuenta, de no conservar la vida e integridad de Isaac entones nosotros mismos no tendríamos a un Salvador. Por supuesto que Dios, Soberano, no lo va a permitir. Nosotros lo enunciamos como una posibilidad desde la perspectiva humana, pero en la divina todo está controlado para la encarnación de Jesucristo por este hijo. De esta manera, Dios está no solamente cuidando la promesa de una descendencia para el Salvador del mundo, sino también está estableciendo algo muy importante, que la generación dichosa, no es la descendencia física de Abraham, sino la espiritual. Si no fuese así, nosotros no tendríamos oportunidad de salvación. Hay una simiente física y hay una simiente espiritual. Y la simiente espiritual viene por la línea de Isaac.
Gálatas 4.22–26 RVR60
22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
Hay un hijo de la promesa y esto es sumamente especial. Es lo anunciado en Génesis 3:15 y es lo que se cumple en Cristo y es ese el motivo por qué nosotros somos salvos el día de hoy.
Gálatas 4.28–31 RVR60
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. 30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. 31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
La descendencia espiritual de Abraham, de la que somos parte nosotros, vino por Isaac. Este es un pueblo “santo” con propósitos especiales, sobre todo de tener comunión eterna con Él en Su presencia. En la providencia de Dios para salvación al mundo, elige una línea de descendencia desde Eva hasta Cristo y Dios en este versículo deja marcada que no se trata tan solo de un hijo, sino del propósito principal de Dios para con la humanidad. Efectivamente ahora hay una situación que Abraham ha generado por su pecado, pero Dios a pesar de ello va a cuidar esta simiente porque Él es fiel a su promesa de salvación.
Génesis 21.13 RVR60
13 Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente.
Dios trata de consolar a Abraham. No lo deja solo en esto. Abraham ha generado este escenario pero Dios tiene misericordia de él y del muchacho, así como de Agar. Dios va a encargarse de lo que Abraham ciertamente ha perdido por sus malos actos y va a cuidar a Ismael y lo va a bendecir con una nación.
Este mensaje de Dios va más allá simplemente de una nación. Realmente Dios le está diciendo que Agar e Ismael de 14 años tendrán que cruzar el desierto, pero que Dios va a cuidarlo. Dios le está diciendo que su hijo vivirá y eso es aliento para un padre que verá partir a su hijo sin saber ya de Él.
¡Que grande la misericordia de Dios, que a pesar de nuestros errores, se preocupa de nosotros!. Dios no ocultó o minimizó las consecuencias de los pecados de Abraham. No confundamos el texto pensando que Dios se hará cargo de las consecuencias o nos librará de ellas. No dice esto la Biblia. Abraham sintió dolor y generó dolor en su familia. Eso es inevitable y las situaciones difíciles siempre van a venir con el pecado. Lo que sí dice estos versículos es que Dios va a tomar a los heridos y les va a mostrar su gracia porque Él es fiel a sus propósitos.
Nada de esto hubiese sido necesario si Abraham y Sara hubieses confiado plenamente en Dios y no hubieses intentado resolver la promesa de un hijo por sus propios medios.
¿Quieres evitarte tormentos en tu vida? Entonces nunca tomes decisiones confiando en tu propio criterio o razonamiento. Espera en el Señor, haz caso a su Palabra, deja que la Biblia te guíe y se obediente y escucha la voz de Dios. Cuando te alejes de la voz de Dios y cuando no seas guiado por la Palabra te vas a equivocar mucho y vas a traer tormento a tu vida. Trabajo, noviazgo, matrimonio, salud, estudios y todas las cosas deben en base a la Voluntad de Dios, porque sino va a haber consecuencias tarde o temprano.
Hasta ahora hemos visto que: “Nuestros pecados generan devastadoras consecuencias que afectan a terceras personas y aún a los que más amamos” y también que “Dios tiene misericordia de nosotros y es fiel a sus propósitos aún en las consecuencias desatadas por nuestros pecados”. Lo siguiente que encontramos en esta historia es que:

“Después de las consecuencias de nuestro pecado, necesitamos obediencia y esperar en la gracia de Dios”. Gn 21:14

Génesis 21.14 RVR60
14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
Esta es una de las escenas más tristes de Génesis. Y todo esto originado por el pecado. Un niño se quedará sin padre y un padre tendrá que abandonar a uno de sus hijos. No es solo el pecado de Abraham, es el de Sara con su idea original, es el de Agar con su menosprecio, es el de Ismael con sus actitudes.
Abraham se levanta temprano. Esto caracteriza a Abraham, ha aprendido y está aprendiendo bastante que cuando ya conoce lo que es decisión de Dios, no pierde el tiempo, sino es muy atento y diligente en realizar lo que Dios le dice. Abraham prepara pan y una vasija de agua y entrega a su hijo a la madre y los despide. Y los que son padres sabrán lo difícil que es esto. Tal vez Abraham se quedó viéndoles hasta que finalmente ya no pudo ver más. Realmente no tenemos mucho detalle, pero lo cierto es que una madre y su hijo de 14 años están caminando por el desierto y en ellos debe haber temor, preocupación y angustia. Sin embargo, aunque todo esto es difícil Abraham hizo lo correcto en obedecer. Dios en su sabiduría eterna sabe que esto podría ponerse peor y por lo tanto es la mejor salida a las consecuencias del pecado de Abraham, que justamente por no obedecer y no confiar en Dios todo esto se había ocasionado.
La obediencia es lo que sigue a un verdadero arrepentimiento. Cuando te das cuenta de lo que es la naturaleza del pecado y sus consecuencias, y buscas al Señor, lo que requieres es justamente no incurrir nuevamente en ello. La obediencia viene después de la verdadera reflexión sobre el pecado. Hay mucha gente que sabe que ha pecado, o que puede ver su vida hacia atrás y ve el mal al cual ha llegado, pero luego no practica la obediencia y vuelve a incurrir en el mismo pecado.
Génesis 21.15–16 RVR60
15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, 16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró.
Como era de esperarse en esta situación, los recursos se acabaron y el momento es bastante crítico. La mujer tal vez moribunda ya no cree que van a sobrevivir por mucho más y entonces con un dolor muy grande y sin más alternativas deja a su hijo y se aleja para no verlo morir.
Sin embargo, Ismael significa “Dios oye” y el muchacho a pesar de los errores de su padre, los de su madre y los suyos propios contra Isaac, recibirá la gracia de Dios.
Génesis 21.17 RVR60
17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
Aquel Santo que juzga el pecado, que no oculta las consecuencias del mismo y que no encubre las faltas y daños que ocasionamos a causa del pecado, también está siempre para socorrer. “Y oyó Dios la voz del muchacho..” - El padre está lejos, la madre ha perdido sus fuerzas y espera la muerte a casi 100 metros del muchacho, pero Dios está cerca.
¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está”. - La voz misericordiosa se hace escuchar y es una voz de auxilio. No es una voz de alguien que pasaba por ahí, sino de alguien que valoraba la vida de la sierva y de su hijo. Las palabras son de aliento y dicen “..no temas..”. El temor había invadido a Agar y seguramente a Ismael, pero ahora ya no hay más necesidad de ello, Dios tuvo misericordia.
Génesis 21.18–19 RVR60
18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
Dios le abre los ojos a Agar para que vea una fuente de agua y de esa manera pueda salvar a su hijo. Pero el mensaje de Dios va mucho más allá de eso, le dice que “..haré de él una gran nación”. De esta manera Agar sabía ahora que no iban a morir. No era solamente tomar agua para aguantar un poco más, sino que Dios ya le había dicho que iban a estar bien y a sobrevivir.
Esta es una escena magnífica. Refleja el amor de Dios por una madre desventurada. Refleja el amor de Dios por una mujer que era considerada inferior a la señora de la casa, es decir, una sierva o una esclava. Abraham había liberado a Agar de ser su sirvienta cuando la había despedido y ahora Agar era libre en ese sentido, pero Dios había liberado a Agar de los temores, del sufrimiento, de la desesperación de ir errante por el desierto con su hijo. Cuando nadie se preocupa por tus hijos o por ti, tienes que saber que los ojos de Dios están mirándote y no te ha dejado sola.
Nuestro Dios es maravilloso. Somos muy buenos para meternos en problemas y para terminar en el desierto errantes, pero ÉL es fiel y no dejará que no nos levantemos más. Siempre vendrá su corrección y su disciplina como padre amoroso, así como no encubrirá el pecado y sus consecuencias, y dejará que nos enfrentemos a ellas, pero en cualquier caso nos sostendrá porque tiene propósitos.
Génesis 21.20–21 RVR60
20 Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco. 21 Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.
Para poder sobrevivir Ismael tuvo que aprender a cazar y parte de ello fue su actividad de “tirador de arco” pero lo que la Biblia dice es que “..Dios estaba con el muchacho”.
¿De qué manera Dios estaba con él? ¿Será que el muchacho también estaba con Dios? Son dos cosas muy distintas. Ismael estaría creciendo y se casaría con una mujer egipcia, sus hijos no estarían en el camino del Señor y por lo tanto se levantaría de Ismael toda una generación de personas apartadas de Dios, pero Dios tuvo gracia para con Ismael.
No sabremos mucho más de Ismael. En Génesis más adelante se mencionará la descendencia que tuvo Ismael pero ya no mucho más de él. Seguramente tuvo que tomar sus propias decisiones, así como sus hijos y así como también nosotros. En estas decisiones no estaría el Señor. Los descendientes de Ismael serían responsables de sus propios actos pero cuando no recibes la instrucción en casa de ser temeroso de Dios, y luego eso sucede por varias generaciones, entonces llega un momento que realmente tu familia no lo conoce más. Sin embargo, Dios cumplió con Agar e Ismael y así también con Abraham, al cuidar a su hijo y bendecirlo. Abraham tal vez no lo supo pero Dios se hizo cargo de esa situación, salvó la vida de la sierva y de Ismael y sobre todo preservó la simiente de la promesa que vendría por Isaac para bendición de todas las familias de la tierra.

MEDITEMOS EN LA PALABRA

Este pasaje tiene muchas aplicaciones. La palabra de Dios es asombrosa, toca áreas que requerimos evaluar si realmente estamos bien en ellas.
Hemos visto que:

Nuestros pecados generan devastadoras consecuencias que afectan a terceras personas y aún a los que más amamos”

Si vemos las trágicas consecuencias de la historia de Abraham, pero así mismo, vemos también las de nuestra propia vida, entonces, estamos de acuerdo en que nuestro pecado va a generar devastadoras consecuencias y que muchas veces vamos a también generarlas en las personas que amamos. Si esto es algo que ya conocemos, entonces la aplicación es sencilla: “No pequemos más”, alejémonos de las situaciones de desobediencia, falta de fe y de toda situación que la Biblia nos muestra que no va a traer beneficio y paz a nuestra vida.
Proverbios 12.21 RVR60
21 Ninguna adversidad acontecerá al justo; Mas los impíos serán colmados de males.
Esposos y padres que están acá, no tomes las peores decisiones en tu vida o matrimonio que va a generar consecuencias más allá de tu vida, sino que van a provocar heridas en el corazón de tus hijos o de quienes amas. Los impíos serán colmados de males. ¿Realmente quieres hacer heridas que van a ser muy difíciles de cerrar en el corazón de tus hijos?
Esposas y madres que están acá, tomar decisiones sin Jesucristo te va a llevar a los peores errores en tu vida. La falta de fe y tus propios razonamientos pueden ocasionar dolor y heridas en los corazones de tus pequeñitos. No tomes decisiones a la ligera, tómalas con Cristo y espera en Él, así como dice la Escritura: ninguna adversidad acontecerá al justo.
Jóvenes que aún no se han casado, sepan que no hay nada mejor que confiar en el Señor en cualquier situación. Sujetarse a Su Palabra va a alejarles de situaciones muy lamentables donde van a terminar con corazones rotos, matrimonios destrozados, hijos heridos. Sujétense a los mandamientos del Señor y dejen que ÉL los guíe en sus decisiones.
No destruyamos más familias por causa de nuestro pecado.

Dios tiene misericordia de nosotros y es file a sus propósitos aún en las consecuencias desatadas por nuestros pecados”.

La historia de Abraham ha mostrado que Dios tiene misericordia para con los suyos. Dios no va a encubrir tu pecado y no va a quitar las consecuencias o duras situaciones por afrontar a causa de ellos, sin embargo, ten por seguro que Su misericordia es tan grande que va a actuar u obrar para que cuando tengas que enfrentar esta situación seas sustentado por Él. Dios espera que vuelvas a tener comunión con Él. Y él está dispuesto a cargar a todos nosotros que hemos abierto heridas en nuestras vidas y en la de otros. Y está dispuesto a curarlas y a tratarlas, pero necesitas volver a Él.
Por otro lado, demos gracias al Señor que a pesar de los desaciertos de Abraham, Dios fue fiel a su promesa de guardar la descendencia escogida en Isaac para que nosotros podamos ser salvos a través de Cristo. Esta es la muestra más extraordinaria de la FIDELIDAD DE DIOS. Abraham había perdido dos veces a su esposa, había arriesgado su descendencia y había expuesto la misma a problemas en su casa, y aún así Dios cuidó y guardó su descendencia en Isaac porque a partir de ella vendría el Salvador a rescatarnos. Dios es tan fiel, ¿sabes?, mira el siguiente versículo y esto es lo que realmente Dios logró al preservar la vida de Isaac y la herencia de Isaac:
Gálatas 3.29 RVR60
29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
No solamente fue la herencia de Isaac la que estaba en juego, fue la nuestra. Nuestra herencia en Cristo estaba garantizada por la fidelidad de Dios, a pesar de los errores humanos. Gloria a Dios por su preciosa salvación y herencia en Cristo para todos los que hemos puesto nuestra fe en Él como Señor y Salvador y sustituto nuestro en la cruz.

“Después de las consecuencias de nuestro pecado, necesitamos obediencia y esperar en la gracia de Dios”. Gn

Si sabemos que los efectos del pecado son devastadores, lo que debemos hacer a continuación de pecar es obedecer y esperar en la gracia de Dios.
Ciertamente no podemos controlar más allá de las cosas lamentables de nuestros pecados, pero sí podemos hacer cosas muy distintas para no volverlas a generar. Podemos aprender de todo esto y podemos ser obedientes y esperar en la gracia de Dios.
Los pecados generan heridas y tú sabes bien que son heridas que duelen mucho. Obedece a Dios y confía en Él y de esta manera, no vas a generar heridas en el corazón tuyo o de tus pequeños o de los que amas.
Y por último, Dios tiene un amor muy especial por los desamparados y los desfavorecidos. Si has sufrido también abandono, desprecio, tal vez no has tenido a tu padre o madre cerca. Hay muchos que tal vez sufrieron abandono de sus padres biológicos, pero Dios cuidó de Agar e Ismael, y hay mucha gracia a los ojos de Dios. Un padre o madre, aunque realmente difícil, pero por el pecado sí pueden abandonarte, pero Dios nunca lo hará.
Salmo 27.10 RVR60
10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.
En conclusión: Las heridas que deja el pecado son serias y grandes, vamos a tener que afrontarlas, pero la fidelidad de Dios es extraordinaria, respondamos a nuestro Dios con obediencia a Su Palabra y gratitud por su inmensa gracia. Vamos a orar.
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